Ya por el 2015, tras diez años de andadura como asociación, y una cantidad enorme de eventos a nuestras espaldas, empezó a cundir cierto cansancio entre los socios más entregados a estos eventos. A eso se sumaban las obligaciones familiares y personales de muchos de nosotros, también limitan nuestra participación en este tipo de actividades.
El coste en esfuerzo de cualquier evento de este tipo es inimaginable, trasladar cientos de kilos de plantas sin dañarlas, embalarlas, instalarlas… supone cientos de horas de trabajo y una asociación tan pequeña como la nuestra acusaba fatiga.
Desgraciadamente, a esta situación ya comprometida, tuvimos que sumar en pocos meses, el fallecimiento de cuatro de nuestros miembros más queridos lo que sumió la asociación en un cierto desánimo. Dejamos pasar un tiempo antes de retomar la actividad.
La fecha escogida para retomar nuestras actividades con más ganas que nunca era principios de 2020. Si, en serio.
Lógicamente, en este año y medio de pandemia, no ha sido el momento de empezar a organizar reuniones, convivencias , visitas a colecciones, intercambios de plantas, exposiciones y todas esas actividades que tanto nos gustan a los cactuceros.
Y por fin llegamos a nuestros días. Parece que con las debidas cautelas, podemos empezar a pensar en volver a la actividad. Es tiempo de retomar los contactos, empezar a movernos a nivel interno, reorganizarnos y pronto volver al ataque.